viernes, 4 de julio de 2008

Minutos de papá

Siete de la mañana, comienza el día, una nueva jornada cargada de labores en el trabajo en una época complicada y nada alagüeña para el sector de la banca. Seguro que es un jornada dura, pero vamos a por ella. Apenas tengo antes de ponerme en marcha un minuto para dar un beso a la pequeña Cora que está en su cunita.
No he hecho más que cerrar la puerta tras de mí espero el momento del regreso a casa para volver a ver esa preciosidad.
Una vez más mi jornada matinal acaba tarde, robándome unos minutos de estar en mi casa, con Cora y mamá. Apenas como y reposo un poco tengo que volver a la oficina, el trabajo me desborda y a duras penas voy capeando el temporal. Cuando la sesión vespertina va expirando llega el momento de retornar al hogar...la pequeña me espera, pero esta dormidita y además con visitas. Aprovecho para acercarme al Gadis a por unas cervezas que acompañan los últimos minutos de buena parte de los días, en que mamá y yo vemos un episodio de la serie " 7 vidas ", pero para este día las existencias se habían acabado.

Vuelvo a casa. Se acerca nuestro momento. Cora despierta; primero sólo abre un poquito los ojos, se estira, vuelve a cerrarlos, los vuelve a abrir, la tomo en mis brazos, entonces los vuelve a cerrar, para pasar a estirarse de nuevo, acompañando sus gestos de esos ruiditos que tanta gracia me hacen a la vez de inspirarme tanta ternura. Definitivamente despierta. Preparamos su bañerita para el baño, apenas un par de minutos, seguidos del ritual de embadurnar su pequeño cuerpecito de crema, para proteger su delicada pielecilla.

Ahora pasa a los brazos de mamá; Cora tiene hambre, se enfada, porque no entiende que deba esperar un instante para saciar su apetito. Por fin su boquita encuentra el pezón anhelado, se olvida de su anterior desazón. Durante unos minutos continúa allí pegada, para pasar a un estado de total placidez. Busca el sueño en los brazos de papá. La yema de mis dedos se desliza muy lentamente, partiendo de su delicada frente y atravesando esos sonrosados mofletes...¡que paz!...¡que ilusión a raudales!...poco a poco sus ojitos se cierran...se ha dormido. Las complicaciones del día quedan atrás, otro día más que ha merecido la pena, que ha sido estupendo; estos minutos lo han transformado todo. La pequeña Cora recupera su lugar en su cunita, bajo la sábana adornada con ese patito tan simpático. A dormir, hasta que su instinto la diga que necesita volver a alimentarse.

Mamá y papá comparten los últimos minutos del día, unas risas con los artistas de "7 Vidas"...Mañana será otro día, otro día estupendo...Cora y mamá lo garantizan.


1 comentario:

Rincón oscuro dijo...

Cora y mamá no entienden que te vayas...