miércoles, 25 de junio de 2008

El opio del pueblo

Hace más de 150 años que Karl Marx empleó una de sus más recordadas frases "La religión es el opio del pueblo", en la que hacía alusión a la religión como un sistema de queja del ser humano...quien diría eso en los tiempos que corren. El caso es que en cierto modo se veía como una válvula de escape.

Hace un par de días vino a mi mente esa frase, a raíz del partido de fútbol de la Eurocopa en que España dejó fuera de la misma a la siempre todopoderosa Italia. Lo cierto es que se desató una euforia que pocas veces había visto, particularmente en mi ciudad, bastante ajena a los grandes logros deportivos.
Al día siguiente, en conversación con unos amigos brasileños, me quedé con una frase bastante elocuente, me decían que con una cosa así, tal vez, los españoles podríamos hacernos una idea de lo que es el fútbol en Brasil.

El caso es que resulta indudable que estamos en un tiempo de recesión en nuestro país, y que un acontecimiento de este tipo, al que no estamos para nada acostumbrados, sirve para inyectar una dosis de optimismo a una sociedad que la necesita. Siempre he pensado que cualquier dosis de ilusión debe ser bien acogida, independientemente de cual sea la semilla de la que brote.
Me decían que nosotros ahora habalmos de crisis pero que en su país siempre hay crisis, no en vano se trata de un país tercermundista, y que la "canarinha", como ellos dicen, es una válvula de escape para millones de personas, cuya vida cotidiana seguramente sea bastante peor que la nuestra en "tiempos de crisis".

Quienes piensen como yo, tendrán ganas de poder disfrutar mañana de la siguiente entrega, quienes no, que respeten el gozo de los demás ya que no por eso resultamos más vanales o ajenos al entorno en que vivimos.


1 comentario:

Unknown dijo...

Hacía tiempo que no entraba por aquí! Pues efectivamente aunque sea felicidad efímera, no hay por qué no disfrutarla no? Yo disfruté viendo el partido contra Italia en un pueblo perdido del Pirineo, y durante un rato toda la gente del bar compartimos la misma ilusión y el mismo éxtasis.